Anochece, salgo a la terraza. Miro al cielo.
Contemplo la luna.
Destaca su silueta en la oscuridad. Su cara irradia tristeza.
Las estrellas que la rodean ayudan a que cambie su faz.
No puedo dormir. Silencio absoluto. Toque de queda.
Parece que el mundo se ha detenido. Es el mejor instante para reflexionar.
Cosas que hiciste y otras que has dejado de hacer.
La balanza de la vida.
Seres que se fueron. Otros que aparecieron.
Algunos de forma insospechada.
Avanza la noche…
Y siento un deseo profundo de hacer felices a los demás.
Necesito más querer que ser querido.
Entonces sin darme cuenta la luna, se ha ido confundiendo con el sol.
