Caminando entre las estrellas.
Anochece, miro al cielo, está estrellado. Cada punto de luz son fogonazos que deslumbran en la penumbra. En cada estrella que contemplo, encuentro la imagen de un ser querido.
Entonces levito y asciendo mágicamente hacia ellos, empiezo a caminar entre ellas, subido en una nube.
Los veo felices. Me miran y sonríen. Sonrisa angelical.
Me acerco con un deseo irrefrenable de abrazarlos y cuando voy a hacerlo… Me despierto. Era un sueño! Me frotó los ojos y me levanto.
Vuelvo a mirar al cielo, continúan las estrellas; entonces, la sensación que me invade es de una absoluta paz y serenidad. Pienso en las estrellas, que por donde camine se pueden trasladar a esta tierra.
Aquí también existen muchas estrellas. Imperceptibles, pero que nos guían en el camino que emprendemos desde que nacemos. Personificadas en la familia ,en los amigos ,en el trabajo.
Por cierto, el pasado viernes, en una comida informal de amigos, caminé entre cuatro estrellas.