Cuando surgió de forma inesperada la pandemia, sentí la necesidad de escribir breves reflexiones, desde el corazón.

En el fondo y dada la edad que tengo, necesitaba dejar un legado de sentimientos sin ambages ni filtros.

Me propuse hacerlo a corazón abierto…

Soy consciente, de que la exposición de los sentimientos te hace más vulnerable.

Sin embargo, en mi caso me hace más fuerte.

Proyectar tus sentimientos a los demás, es signo de seguridad en sí mismo.

Se es cómo se es y someterse a juicio de los demás, es a veces necesario para superar los miedos a las críticas y maledicencias.

Según se aproxima el final, confío aún lejano, volcar en breves líneas lo que piensas y sientes; es una terapia linitiva que dulcifica el devenir de la vida.

Hoy cuando escribo, es el día de reflexión a las elecciones municipales y autonómicas de mañana.

Aprovechemos este día para reflexionar que podemos hacer individualmente para ser mejores y hacer mejores a los demás.

Es muy fácil inculpar a los políticos de todos nuestros males.

Reflexionemos que hacemos en esta orquesta de la vida, para que su sinfonía toque al unísono sin desafinar.

La culpa es sólo del director o de quienes tocan los diferentes instrumentos necesarios para conseguir un unánime aplauso?

Paro, vivienda, educación, igualdad, libertad.. Luchemos desde donde nos encontremos para conseguirlo.

Qué nuestro comportamiento, se extienda como una pandemia moral que contamine a los demás.

Sin mascarillas!

Santa Cruz de Tenerife, a 28 de Mayo 2.023