Amigo Ángel, al entrar en la década de los 80, tienes la sensación de que el tiempo se escapa entre los dedos.

En esa década, estamos los dos. Sin embargo, debemos esforzarnos en apretar con fuerza las manos para retenerlo.

Dicen que hemos recorrido un largo camino de vivencias buenas. Yo como estoy convencido y tu, las malas nos esforzamos en no recordarlas.

Tú como yo, hemos creado una familia en la que se irá perpetuando la dinastía de nuestros ancestros.

No me olvidó de nuestras compañeras de viaje.

Te tienes que sentir orgulloso por eso..

Y entonces sí que me viene a la memoria, ese pueblo donde las conocimos y del cuál, aún tengo impregnado el olor de sus viñedos y la imagen del estanco que a veces era mi refugio, desde el que entrelazaba con la hermana de Ana, mujer de raza y a la que profeso un especial cariño.

En esta carrera que emprendimos desde que cumplimos 80 años, no quieras emular a tu “Atleti” y ser el campeón.

Juntemos las manos y cuando toque… entremos los dos juntos a la meta