DESDE LA LEJANÍA MÁS PRÓXIMA
Hoy me he levantado con una sensación de nostalgia que embarga todo mi ser.
Como sabéis, nací en Madrid y resido en Tenerife, hace más de tres décadas.
Aquí han nacido tres nietos y tres bisnietos. En mi opinión, entremezclan mis orígenes y los canarios.
La nostalgia del lugar donde mis padres me dieron la vida y el lugar donde fui acogido con los brazos abiertos y el corazón supurando amor, Madrid. Es una ciudad acogedora y cosmopolita. La capital de España.
Canarias está conformada por diferentes islas, pero con un denominador común, su belleza.
Belleza que se extiende de norte a sur, pero que carecería de autenticidad, si no fuese impregnada por sus gentes.
Pienso que aún Canarias es una gran desconocida. Tiene uno que convivir en ella y tratar a las personas nacidas en esta hermosa tierra, para conocer la generosidad, fortaleza y bondad que irradian sus habitantes.
Canarias se vende como un lugar de gran atractivo turístico. Sin embargo, ese atractivo sería imposible sin sus moradores. Por ello, siempre he creído que Canarias debe preservar sus tradiciones e historia.
Intentar que el progreso inevitable, no merme la esencia de este pueblo, donde finalizaré mis días.
Claro que siento nostalgia del lugar donde nací, pero me siento un privilegiado de vivir en Canarias, por cuya identidad modestamente vengo luchando, para que se reconozca con el respeto de quienes estando tan lejos desean y merecen sentirse muy cerca.
Santa Cruz de Tenerife, a 18 de Junio de 2.023.