VERANO 2.023 – Coger la Fresca
Acaban de dar las 5 de la madrugada.. En Canarias, dónde resido hace más de tres décadas.
No puedo dormir.. El termómetro marca 31 grados.
Estoy disfrutando junto a mi esposa de unas cortas vacaciones, salpicadas por acontecimientos surgidos en el despacho, que me impiden desconectar por completo.
Soy abogado en ejercicio.
Gozo de una incipiente juventud, que choca frontalmente con la realidad de la edad.
Reconozco que lo llevo muy mal. Me niego un día y otro a reconocer la evidencia.
He salido a la terraza ante el sofocante calor que padecemos.. A coger “la fresca”.
Corre una ligera brisa.. Estoy junto al mar.
Mi esposa duerme plácidamente, conectada a una realidad que combate hace años con coraje insuperable. Es un titán.
Desde la terraza, contemplo el sonoro silencio de un paisaje rodeado de palmeras y en el fondo, un mar que se difumina en la lontananza.
Es curioso, pienso que esta ola de calor la he sufrido más de una vez.
Hace años cuando no existía aire acondicionado, ni ventiladores que pudiesen mitigarla.
Nuestras madres utilizaban sus abanicos. Cogían sus sillas. Salían al patio o a la puerta de sus casas y se ponían con sus vecinas a charlar de sus cosas.
Así pasaban el tiempo tan felices…
Nuestros padres se ponían a jugar sus partidas. Refrescándose con el agua fresca que contenía el botijo o dándose un buen trago de vino fresco en el “porrón”.
Hoy en día a pesar de los avances que la tecnología permite combatir esta ola de calor es titular diario en todos los medios de comunicación.
Pienso que hemos avanzado en medios técnicos para combatirla, pero hemos retrocedido en capacidad humana para hacerlo como se hacía antes. Se utilizaban medios tan sencillos, como hacían nuestras madres, padres o abuelos … Y se resumían en “Coger la fresca”.
Cómo estoy haciendo yo esta noche.
Santa Cruz de Tenerife, a 13 Agosto de 2.023.