Amanece y siento la necesidad imperiosa de vertir con estas palabras, lo que anida en mi alma.

Y qué mejor que compartirlas con mis compañeras/os de despacho, los presentes y los ausentes. Me permito esta licencia, dado que siempre os he considerado la otra familia.

Estoy pasando una semana llena de zozobras y angustias…

He procurado esforzarme para minimizar la situación que atravieso.

Todos creo qué sabéis a lo que me refiero…

Hace unos días para mí, se paró el tiempo.

La mujer con quién comparto mi vida desde más de medio siglo, está pasando nuevamente por malos momentos.

Todo lo demás pasa a un segundo lugar. Doy a las manecillas del reloj y no avanza como quisiera.. Se paró el tiempo.

Soy consciente, que el reloj de la vida continúa.. marcando inexorablemente los tiempos del devenir de los acontecimientos.

Pero, aunque procuro esforzarme en continuar, para mí, se paró el tiempo.

Por eso, os pido disculpas sino presto la atención que requiere, el mantener el timón del barco; donde vosotros formáis su tripulación, integrado como parte relevante, por la persona en la que deposité toda mi confianza desde hace años.

Por ello, me tranquiliza desde la responsabilidad que tenéis, que dicho barco no vaya a la deriva…

Por cierto, estoy convencido que a vosotros, debido a un suceso acaecido en el tiempo, que os impactó también, sé paró el tiempo…

15 de Enero 2022