UN CANTO A LA VIDA
Hoy al levantarme, he pensado, que a pesar del año que transcurre con una lentitud desesperante por esta maldita pandemia, soy un afortunado.
Fortuna que desearía compartir.
Contemplemos el tenue amanecer y el lento atardecer.
El resplandor de las estrellas.
El suave aleteo de las mariposas.
El trino de los ruiseñores.
La mirada inquisitiva y leal de las mascotas.
El mar que se difumina en su inmensa lejanía.
Las lágrimas de las nubes convertidas en lluvia.
El tinteneo del campanario de las Iglesias.
Las plataneras que dan sus frutos desde la aridez de la tierra.
Las personas anónimas que luchan por su supervivencia cruzando los mares.
Los niños que languidecen día a dia ante la indiferencia de muchos.
El recuerdo imborrable de quienes sin estar siguen con nosotros.
Las discusiones con aquellos que más quieres.
Y tantas otras cosas…
Es la vida…
Por eso me considero un afortunado.
Y quisiera a aquellos que leáis esta corta reflexión la compartáis.
Y CANTÉIS A LA VIDA …..