EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO.
El gran novelista Marcel Proust, escribió una obra maestra “En busca del tiempo perdido”. Dicha obra me ha inspirado para reflexionar sobre el tiempo. Pero no el perdido, sino el tiempo vivido.
A estas alturas de mi vida siento esa necesidad, que se esta convirtiendo en una obsesión.
Saltan y aparecen los recuerdos….
Los besos de mi madre. La mirada escrutadora de mi padre. La variopinta forma de ser de mis hermanas. Los ojos de la mujer que se confunden con el azul del mar. El bullicio de la Universidad. El teatro y su farándula. La tuna y su colorido. La milicia universitaria. Las oposiciones. La Administración del Estado. La boda. Hijos, nietos y bisnietos… Cada día que pasa, voy en busca del tiempo vivido.
La política. El recuerdo imborrable de una madre que me robaron en plena juventud.
El despacho. Gente joven que pasó para continuar por el río caudaloso de la abogacía, donde quisiera definitivamente poner un muro de contención.
Dejo en último lugar a la mujer que durante 57 años me ha acompañado en el camino de la vida, a quién tengo que agradecer TODO.
Ejemplo de generosidad y fuerza, dotada de una desbordante personalidad única e irrepetible.
Cuando me levante seguiré yendo en busca del tiempo vivido, transportándolo en mi quehacer diario.
La esencia de dos mundos que se confunden en uno.
Postdata: Quisiera hacer especial mención a quienes comparten día a día este tramo de mi vida.
Encabezado: Por la profesionalidad y hermetismo de Sheila.El buen hacer y metódica Paula. El dúo que cada día se supera con encomiable vivacidad Ana y María. La sonrisa y esfuerzo de Souhaila. El último descubrimiento de una esforzada e irreprochable Gabriela.Y por último de quien supo superar con arrojo un envite de la vida Conchi.
A todas ellas…Gracias!
Santa Cruz de Tenerife, a 19 de Noviembre 2.022.