SARA Y SOLEDAD
Y os preguntaréis… Quienes son?
Dos mujeres exultantemente jóvenes (22 años), trabajan en un despacho de abogados.
Siendo diferentes en su personalidad, tienen un punto en común, el sentido de responsabilidad.
La primera que comenzó a trabajar fue Sara. Entró de puntillas, sin hacer ruido, sin levantar la cabeza del ordenador; portátil que tecleaba con avidez, junto a documentos que destrozaba, en apuntes que sirviesen para desarrollar la tarea encomendada.
Pasados unos meses, estoy convencido de no haberme equivocado.
Soledad, vino al despacho por recomendación de Sara.
Amiga de Sara. Es la otra cara de la valiosa moneda que configuran las dos.
Directa, sin circunloquios. Tiene un gran potencial, para el ejercicio de la abogacía. Potencial que estoy seguro, que desconoce, pero que la conducirá al exito.
Estoy muy orgulloso de las dos.
A estas alturas de mi vida, solo puedo proporcionarles un despacho, en el que puedan comprobar, que el trabajo se puede desarrollar en armonía, sonriendo a la vida.
Y deseo ……Que el inexorable tiempo generacional, haga que mis deseos, sean proporcionar todos los instrumentos, para que sean felices