EL SENTIDO COMÚN
Érase un país, donde sus gentes no se regían por leyes o normas que limitaran su libertad. Tampoco existían Tribunales que juzgasen sus actos, ni celdas que impidiesen respirar por sus poros .. la vida.
Preguntaréis … Entonces que reglas seguían para convivir?
La respuesta es sencilla…
EL SENTIDO COMÚN
Desde que nacieron, era la única norma de conducta que se impusieron. Norma de obligado cumplimiento en las familias, las escuelas y por extensión, en la sociedad en su amplia dimensión. Y como se llevaba a cabo desde su nacimiento, se les inculcaban valores y principios que les hacían distinguir con nitidez, el bien del mal.
Aquel que se desviaba de ese camino era juzgado por ellos mismos. No existían códigos ni leyes donde apoyarse..
Era el sentido común el que se imponía para juzgar su conducta.
Para ello sus mayores eran los que aprobaban o reprobaban sus actos.
El castigo era el aislamiento y rechazo que sus congéneres imponían con su actitud.
Reconozco que está reflexión entra dentro del terreno de lo idílico. Pero estoy firmemente convencido, que en estos momentos de confusión y deslealtad, el sentido común serviría como lenitivo; para superar situaciones, que únicamente conducen al enfrentamiento, que se consideraba superado.
Santa Cruz de Tenerife, a 5 Mayo 2.023.